19 mar 2015
9 mar 2015
El Arte de Ser Persona
El Arte de ser Persona
“Las personas más bellas con las que me he
encontrado son aquellas que han conocido la derrota, conocido el sufrimiento,
conocido la lucha, conocido la pérdida, y han encontrado su forma de salir de
las profundidades. Estas personas tienen una apreciación, una sensibilidad y
una comprensión de la vida que los llena de compasión, humildad y una profunda
inquietud amorosa. La gente bella no surge de la nada.”
Elisabeth Kübler- Ross
Las personas más bonitas que conozco son las que se han enfrentado a la
vida, a su dureza y a su injusticia. Son las que se han sentido vulnerables y
sin esperanza, las que han sufrido en su piel verdaderos desgarros y problemas.
La gente bella no es necesariamente la más linda por fuera pero disfrutan
de una belleza especial. Son personas bonitas las que han sabido perdonar, seguir hacia adelante y tender una
mano aunque les acompañase la derrota, descubriendo así la grandeza
de su ser.
Las personas somos maravillosas pero es que las hay que son verdaderamente
extraordinarias. Son esas personas que han tocado fondo, que han sido
golpeadas con dureza por destino o por casualidad. Verdaderamente están a otro nivel.
Son mujeres y hombres que en algún momento perdieron aquello que les
daba la vida, la alegría y las ganas de seguir pero que encontraon es su interior el impulso que necesitaban. Esta es la mayor belleza que
conozco porque eclipsa lo banal, lo superfluo, lo trivial y esas pequeñeces que
tan importantes nos parecen a veces.
Han impedido que el sufrimiento les quite de forma prematura la vida y no
quieren hacer de lo ocurrido su pesar. Quizás es ese equilibrio lo que les
proporciona otro aura que les hace dignos de admirar. Conocen el miedo y la desesperación tan de cerca que no han tenido
más opción que confrontarlos.
Estas personas son conscientes de que, ante un problema, hay una
infinidad de maneras de afrontarlo. No es que sean mejores o peores, es que
han desarrollado una capacidad única para hacerles frente. Eso, sin duda, los
hace especiales.
En un primer momento es probable que, como todos nosotros, se nieguen a aceptar lo
ocurrido y no sean capaces de medir el alcance de lo que les viene encima. Como
es lógico, también se enfadan, se entristecen y, en ocasiones, estarían
dispuestos a pactar con el diablo con tal de que eso no les ocurriese a ellos.
En lo que se diferencian es en su extraordianria capacidad de amanecer.
En verdad son héroes, la única realidad que contemplan es la
importancia de la vida y, por eso, no ven el sentido a complicársela más
allá de los miles pensamientos que desanudan cada día.
Precisamente sorprende de ellos su riqueza emocional y la capacidad
para cuadrar las cuentas con sus sentimientos. Estas personas no ven el vaso ni
medio lleno ni medio vacío, ven en él algo que pueden beber y utilizar.
Ellos saben que no eres rico hasta que no tienes algo que el dinero no
puede comprar. Conocen la importancia de empatizar porque entienden la necesidad de que alguien
se preocupe por cómo nos sentimos y no por juzgarnos.
Conocen la importancia de ser leales y de apreciar a quien, en su sufrimiento, no se
separó de ellos. Comprenden que cualquier cosa puede desaparecer en un instante y es por
eso que conocen lo importante que es ser amable, mantener el buen humor y disfrutar de la vida cada día.
Todo el mundo sufre contratiempos en la vida. Cuanto más numerosos son,
más aprendemos y maduramos. Se suele decir que cuando se aprende la
lección el dolor desaparece, aunque queden cicatrices en nuestro cuerpo y
nuestro alma. Es por esto que, las personas más bellas que conozco son las
que no han tenido fácil recorrer los caminos de su historia. No es que
hayan vencido al miedo y al dolor, es que ellos saben que no se puede sanar lo que te niegas a afrontar.
ARTE Y CIENCIA
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